Sonido y Musica
La música se ha utilizado para mejorar el procesamiento emocional, cambiar el estado de ánimo y potenciar la memoria, mostrando su rol crucial en nuestra salud mental y bienestar emocional.
La música es una fuerza omnipresente en nuestras vidas, una sinfonía de interconexiones entre el arte y la ciencia que ha fascinado a la humanidad a lo largo de los siglos. Desde las primeras notas entonadas por nuestros ancestros hasta la música contemporánea que escuchamos en nuestros auriculares, la relación entre la música y el cerebro es un campo de estudio complejo y apasionante.
La música tiene el poder de influir en nuestras emociones, en nuestra fisiología y, en última instancia, en nuestra experiencia vital. A través de la activación de diferentes áreas cerebrales y la liberación de hormonas como la oxitocina, la música se convierte en un medio a través del cual exploramos nuestras emociones más profundas y nos conectamos con nosotros mismos y con los demás.
Los efectos de la música van más allá de lo emocional y lo fisiológico, extendiéndose al ámbito de la motivación y el rendimiento cognitivo. Estudios recientes han revelado que la música puede provocar respuestas significativas en nuestro cerebro y cuerpo, activando circuitos neuronales que influyen en nuestro estado de ánimo y motivación. Mientras que la música alegre y enérgica puede mejorar nuestro ánimo y nivel de felicidad, la música triste puede ser beneficiosa para procesar sentimientos de tristeza y promover la catarsis emocional.
Es importante comprender cómo la música afecta a cada individuo de manera única, ya que las preferencias musicales pueden variar ampliamente y, por lo tanto, es esencial encontrar la combinación adecuada que favorezca nuestro bienestar emocional y cognitivo.
La música, como poderoso estímulo, puede influir en nuestra motivación y energía, activando circuitos premotores y motores que nos predisponen a la acción y al movimiento. Sin embargo, cuando se trata de tareas cognitivas que requieren concentración y enfoque, es recomendable trabajar en silencio o escuchar música instrumental suave para optimizar nuestro rendimiento. La música instrumental puede ser beneficiosa para la concentración y la memoria, mientras que la música con letra de fondo puede competir con nuestra capacidad de comprender y retener nueva información. Por lo tanto, encontrar el enfoque musical adecuado es fundamental para mejorar nuestro rendimiento en diversas actividades.
El impacto de la música en nuestra salud mental y cognitiva es innegable, ya que puede actuar como una herramienta terapéutica para procesar emociones difíciles, reducir la ansiedad y mejorar la plasticidad cerebral. Desde la exposición a diferentes formas de música hasta el aprendizaje de instrumentos musicales, la música puede enriquecer nuestras vidas y fortalecer nuestra capacidad de aprendizaje a lo largo de la vida. La música, en todas sus formas y expresiones, continúa demostrando ser una aliada poderosa en nuestro viaje de autodescubrimiento y bienestar.
La relación entre la respiracion y la musica
cuando estamos escuchando música, estamos subconscientemente, la mayoría de las veces, subconscientemente, cambiando nuestros patrones de respiración.
Cuando sentimos un alivio de la tensión, al exhalar, nos emocionamos, podemos entristecernos, podemos alegrarnos. Incluso puede que sólo estemos escuchando música que no pensamos que esté impactando en nuestra fisiología a un nivel tan básico, pero de hecho lo está haciendo. La música es capaz de introducirse en nuestro sistema nervioso a niveles por debajo de nuestra conciencia y, literalmente, hacer girar los mandos de nuestro sistema cardiovascular, nuestro aparato respiratorio, el diafragma, los pulmones..
Una técnica de respiracion para reducir ansiedad y estrés es la de “el suspiro fisiológico” que consiste en dos inhalaciones por la nariz y una exhalación larga por la boca. Este tipo de respiración profunda y controlada puede ayudar a calmar el sistema nervioso y mejorar la respuesta del cuerpo ante situaciones de tensión.